Psicogeriatría

1. Aceptar el diagnóstico. Muchas veces, suelen confundir los términos: les tranquiliza que su familiar tenga demencia vascular y no Alzheimer. En realidad, los pacientes terminarán igual, con el mismo deterioro progresivo y con el mismo impacto en cuanto a la carga de trabajo que su cuidado implicará. Comprender el diagnóstico es la principal dificultad. Los familiares se escudan en frases como “no lo puedo aceptar”, “yo no veo que mi mamá tenga todos los síntomas que describe de la enfermedad”, etc. Este fenómeno sucede tanto con familiares cuidadores como con cuidadores pagados. Ellos suelen quejarse, por ejemplo, de que “la señora no quiere recordar”, “cómo no se le olvida comer y sí lo que le acabo de decir”.

3. Muchos cuidadores están esperando que el paciente “sea consciente de que debe realizar actividades de autocuidado”. Pasan por alto que su labor consiste en guiar al paciente para que las haga y no esperar que a través de regaños como “ya se lo dije, no sea cochina, debe bañarse” estas actividades se realicen. Es decir, hay expectativas falsas de la independencia del paciente.

5. No pedir ayuda a los demás. Demandan y exigen que su familia “debería ayudarles” pero no solicitan la ayuda. Se quejan pero no actúan. Sufren y se dan cuenta del problema pero “evitan” tomar decisiones.

7. No saben cómo ayudar y sólo por sentido común toman algunas decisiones en el cuidado de su paciente, como distraerlos para realizar ciertas actividades.

9. El personal encargado no resuelve situaciones complicadas, mientras que la familia suele reaccionar en forma inmediata con los gritos y conductas de los pacientes. Los cuidadores llaman a sus casas o a sus trabajos para decirles: “Su mamá no se quiere bañar, ya me corrió de la casa, me dice que me vaya” y les remarcan que: “si sigue así su mamá, me voy a ir, es muy irrespetuosa”. Por lo tanto, se generan conductas de poder de los cuidadores ya que los familiares temen que maltraten a su familiar o que abandonen el empleo y ellos tengan que buscar un nuevo cuidador. Aunque no estén totalmente de acuerdo con el desempeño de los cuidadores, prefieren ese precario beneficio a la necesidad de encarar nuevamente el problema del cuidado del paciente y de la búsqueda de ayuda.

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